Yo sigo creyendo que un día sentiremos realmente que TODOS somos parte fundamental del mismo amor; que saldremos a la calle repartiendo “Te amo”, con sonrisas y abrazos listos para regalar, no porque nos ordenen amar al prójimo, sino porque sentimos que el prójimo es tan sólo una extensión de uno mismo... y que si yo puedo sentirlo, debe haber mucha gente más que también pueda hacerlo.
Se me estruja el corazón cuando en el recién conocido, veo a un amigo con la mirada perdida, intentando encontrar en los demás El Amor, sin saber que desde siempre lo ha llevado con él...
Mantengo mi luz encendida, pero de vez en cuando por temor se oculta, aún estoy aprendiendo... con la esperanza de que un día serán mis ojos el espejo que le permita a los demás reflejar y reconocer su propia magia; con la confianza de que mi voz será lo suficientemente fuerte para que logre despertar a las almas dormidas, incluyendo la mía; con la fortaleza para mantener siempre mi sonrisa en alto, y mis brazos abiertos aún cuando intenten ser rechazados.
Defiendo mi paz, porque sé que es mi espíritu revolucionario quien desesperadamente puede llegar a atentar contra ella.
Y pido perdón... porque a veces mi frustración y mi coraje es tanto que me olvido de cómo controlarlo; me disculpo por mi ignorancia y mi desesperación, por mi impaciencia de que vean y sientan esa conexión que nos une, sin preguntarles antes si es también lo que desean... pero aunque les pido me perdonen por dejar de escucharlos, los invito a que comprendan que ya no quiero que sigamos sin darnos cuenta de que en la acción de ignorarnos nos vamos rompiendo mutuamente.
Perdón por no saber cómo decirles que quiero que nos amemos... que quiero amarlos y quiero que me amen, por callarme que lo que más deseo es salir a la calle encontrando en la mirada de cada ser humano a mi mejor amigo... porque a veces olvido que el cambio debe empezar conmigo.
Sin más por el momento... los amo,
Ileana A. Ochoa
